miércoles, 4 de septiembre de 2013

Primera nota de prensa de la delegación del ESFS en Siria



Primera nota de prensa de la delegación del ESFS en Siria:Damasco, 31 de agosto – El humo del narguile llena la sala, entre chicos que juegan a cartas y otros que celebran el gol del Bayern de Munich. Si no fuera por el ruido de algún mortero de fondo y los puntos de control del ejército, Damasco podría ser tranquilamente confundida con una caótica capital medio-oriental o mediterránea, totalmente lejana del imaginario destructivo creado por los medios de comunicación occidentales.La vida de los sirios transcurre tranquila, pero siempre con la sensación de un ataque inminente. El estado y las instituciones parecen preparadas para un empeoramiento de la situación, pese a que se está procediendo con a la evacuación de los edificios públicos. Hay preocupación pero también unidad, el pueblo y el gobierno se aferran entorno el presidente Assad y el ejército. Un orgullo del cual los italianos estamos desacostumbrados, y que es perceptible desde nuestra llegada en la frontera entre Líbano y Siria, entre las sonrisas de los soldados que hacen guardia.La presencia de europeos, de italianos, que apoyan la causa siria, crea entusiasmo incluso entre los representantes de las instituciones. “Sabemos que tenemos amigos también en Italia. Existe una unidad en nuestra historia, en el apoyar a aquellos pueblos que luchan por su soberanía. Sabemos que existen diferencias entre los pueblos occidentales y sus gobiernos”, nos ha dicho el primer ministro Wael al-Halqui después de habernos recibido en la sede del Parlamento. “Nosotros no tenemos armas químicas- ha especificado- estas están siendo utilizadas por 38.000 terroristas extranjeros que están combatiendo en nuestro país, abastecidos por Qatar, Turquía y Arabia Saudí. La realidad es que los Estados Unidos están en crisis y han encontrado en Siria un nuevo capo expiatorio”Palabras no muy alejadas de las del viceministro de asuntos exteriores Faisal Mekdad, que ha recibido a la delegación del Frente Europeo y de la comunidad siria de Italia justo después. “Hace más de 5 meses –ha explicado- que pedimos mandar inspectores de la ONU para constatar el uso de armas químicas por parte de los llamados rebeldes. En un ataque en la zona de Aleppo han muerto 22 personas, entre ellas soldados nuestros. Y en lugar de ello debemos escuchar las mentiras de Kerry, que no tiene la más mínima idea de lo que está hablando”Tras haber comunicado también al viceministro la voluntad de instaurar una relación duradera de solidaridad, hemos visitado el hospital militar 621. “Estamos sufriendo una injusticia, nos defenderemos porque es nuestro derecho”, nos dice un soldado que nos acompaña en el ascensor. También el hospital militar se encuentra en fase de evacuación; en sus habitaciones permanece todavía una decena de militares heridos. Pese a la presencia de nuestra delegación y de las TV sirias – con la consiguiente saturación de las habitaciones- los soldados se muestran disponibles a quien logra entrevistarles. Uno tiene una herida llamativa en la cabeza. Nos dicen que ha recibido un balazo. Le damos una camiseta del Frente Europeo, a lo que nos responde con el signo de la victoria mientras pone una mano sobre su corazón. Mientras volvemos al albergue, observamos preocupación entre los chicos de la comunidad siria en Italia. “El gobierno espera el ataque”, nos dicen. Mientras se acerca la hora de la cena, alguno propone comer unos falafel. En el fondo la vida continúa…
Primera nota de prensa de la delegación del ESFS en Siria:

Damasco, 31 de agosto – El humo del narguile llena la sala, entre chicos que juegan a cartas y otros que celebran el gol del Bayern de Munich. Si no fuera por el ruido de algún mortero de fondo y los puntos de control del ejército, Damasco podría ser tranquilamente confundida con una caótica capital medio-oriental o mediterránea, totalmente lejana del imaginario destructivo creado por los medios de comunicación occidentales.

La vida de los sirios transcurre tranquila, pero siempre con la sensación de un ataque inminente. El estado y las instituciones parecen preparadas para un empeoramiento de la situación, pese a que se está procediendo con a la evacuación de los edificios públicos. Hay preocupación pero también unidad, el pueblo y el gobierno se aferran entorno el presidente Assad y el ejército. Un orgullo del cual los italianos estamos desacostumbrados, y que es perceptible desde nuestra llegada en la frontera entre Líbano y Siria, entre las sonrisas de los soldados que hacen guardia.

La presencia de europeos, de italianos, que apoyan la causa siria, crea entusiasmo incluso entre los representantes de las instituciones. “Sabemos que tenemos amigos también en Italia. Existe una unidad en nuestra historia, en el apoyar a aquellos pueblos que luchan por su soberanía. Sabemos que existen diferencias entre los pueblos occidentales y sus gobiernos”, nos ha dicho el primer ministro Wael al-Halqui después de habernos recibido en la sede del Parlamento. “Nosotros no tenemos armas químicas- ha especificado- estas están siendo utilizadas por 38.000 terroristas extranjeros que están combatiendo en nuestro país, abastecidos por Qatar, Turquía y Arabia Saudí. La realidad es que los Estados Unidos están en crisis y han encontrado en Siria un nuevo capo expiatorio”

Palabras no muy alejadas de las del viceministro de asuntos exteriores Faisal Mekdad, que ha recibido a la delegación del Frente Europeo y de la comunidad siria de Italia justo después. “Hace más de 5 meses –ha explicado- que pedimos mandar inspectores de la ONU para constatar el uso de armas químicas por parte de los llamados rebeldes. En un ataque en la zona de Aleppo han muerto 22 personas, entre ellas soldados nuestros. Y en lugar de ello debemos escuchar las mentiras de Kerry, que no tiene la más mínima idea de lo que está hablando”

Tras haber comunicado también al viceministro la voluntad de instaurar una relación duradera de solidaridad, hemos visitado el hospital militar 621. “Estamos sufriendo una injusticia, nos defenderemos porque es nuestro derecho”, nos dice un soldado que nos acompaña en el ascensor. También el hospital militar se encuentra en fase de evacuación; en sus habitaciones permanece todavía una decena de militares heridos. Pese a la presencia de nuestra delegación y de las TV sirias – con la consiguiente saturación de las habitaciones- los soldados se muestran disponibles a quien logra entrevistarles. Uno tiene una herida llamativa en la cabeza. Nos dicen que ha recibido un balazo. Le damos una camiseta del Frente Europeo, a lo que nos responde con el signo de la victoria mientras pone una mano sobre su corazón. Mientras volvemos al albergue, observamos preocupación entre los chicos de la comunidad siria en Italia. “El gobierno espera el ataque”, nos dicen. Mientras se acerca la hora de la cena, alguno propone comer unos falafel. En el fondo la vida continúa