El diputado independentista de las CUP al Parlamento catalán, David Fernández Ramos (por favor, pase por el catalanizador de apellidos), se ha ido a Zamora de vacaciones por Navidad. O tal vez por el solsticio de invierno. Parece que su familia es de allí.
Es significativo ver a un nacionalista radical, diz que hijo de labradores, chófer de Otegui en sus viajes a Barcelona, que amenazaba en el Parlamento con pegarle a otro político con un zapato; es significativo,
digo, verle entregado a una ideología burguesa, acusar a sus abuelos
“espanyols” de “robarle”, “oprimirle” y quitarle la libertad. Y después irse tan contento a tomar unos turrones a la tierra de sus padres.
Claro que sí, David.
Deja el resentimiento, la ideología y los complejos, y disfruta de la
unidad y el afecto de los tuyos. De los de aquí y los de allí. De todos
los españoles.